MODULO 1 CURSO INAP. DESIGUALDAD DE GÉNERO: MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA
Para realizar el reto del módulo 1 del curso del INAP acerca de los Fundamentos sobre la igualdad entre mujeres y hombres he optado por hacer una reflexión acerca del problema mundial de la mutilación genital femenina.
Si bien hay problemas derivados de la desigualdad que podríamos considerar más cercanos a nuestra sociedad cotidiana y que habitualmente consideramos que nos afectan más estrechamente, entiendo que el tema de la mutilación genital femenina es una importante lacra y por lo tanto es necesario que desde todos los ámbitos demos voz a todas aquellas mujeres que no tienen más opción que someterse a esta imposición.
Parto de la noticia publicada en el diario El Mundo con ocasión del Día Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina el pasado 6 de febrero, designado como tal por la Asamblea General de la ONU:
https://www.elmundo.es/internacional/2021/02/06/601e9060fdddffe23c8b456e.html
Señalar que se trata de una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas que implica una escisión total o parcial de los órganos genitales femeninos o bien alguna otra lesión, pero que no responde a motivos médicos ni implica beneficio para la salud, es más, puede conllevar importantes consecuencias ya que supone un riesgo. Tristemente esta práctica se debe a motivos socioculturales fuertemente arraigados resultando muy complicada su erradicación.
En la web de la OMS se detallan cuáles son los motivos en los que se fundamenta esta práctica (https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/female-genital-mutilation) y claramente se pone de manifiesto que se basa en un rol asignado al género femenino: la formación de las mujeres de cara al matrimonio, la eliminación de las partes que no son masculinas, la exigencia de una conducta sexual adecuada... Son imperativos vinculados a "lo femenino".
A veces pensamos que ciertas costumbres como ésta nos quedan muy lejos, sin embargo, según los datos existentes, no se limita a determinados continentes sino que en nuestro propio país las cifras de niñas y mujeres en riesgo de sufrirla o que ya están sufriendo las consecuencias de haber pasado por ello son muy elevadas.
Evidentemente, acabar con esta problemática es complicado. Al estar asociada a unos planteamientos culturales, sociales e incluso religiosos que parten de la posición que tiene la mujer dentro de determinadas sociedades y que están muy enraizados, es necesario un trabajo muy riguroso y constante para conseguir resultados.
Fundamentalmente es necesaria una labor a nivel político y de organizaciones internacionales, pero la presión de la sociedad también tiene un importante papel. Así, considero que es esencial dar difusión a esta realidad a todos los niveles, debiendo saber en qué consiste y lo que conlleva. Para enfrentarse a un problema es preciso conocer su existencia y las consecuencias que derivan del mismo, y en este caso dado que se trata de un problema mundial es precisa la concienciación de toda la sociedad.
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